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Diferencias entre el Jamón de Bellota ibérico y el Jamón de Cebo Ibérico

Diferencias entre el Jamón de Bellota ibérico y el Jamón de Cebo Ibérico

¿Sabéis qué diferencias existen entre un jamón ibérico de cebo y un jamón ibérico de bellota? Si a la hora de comprar no estáis seguros, siempre podéis preguntar a la persona que os lo está vendiendo, pero nosotros vamos a daros unas pautas para que sepáis lo que estáis comprando.

La principal diferencia que distingue a un jamón de otro es el tipo de alimentación que ha recibido el cerdo ibérico desde su nacimiento hasta su sacrificio final. El jamón ibérico de cebo se obtiene de animales que han sido criados con cereales, pienso y leguminosas, mientras que el de bellota  ha sido alimentado a base de pienso natural, y en el período de montanera (de octubre a febrero) exclusivamente con hierbas aromáticas y bellotas que encuentra en la dehesa, así que podemos decir que toda su fuente de alimentación es natural. En esta fase de engorde, la que se produce en la montanera, el animal se alimenta hasta que alcanza un peso óptimo para su sacrificio.

Si os fijáis, incluso antes de saber el tipo de alimento que ha recibido el cerdo ibérico, por la pata y la pezuña del jamón podréis averiguar si es de bellota o de cebo. ¿Por qué por la pezuña? Porque el animal que ha recorrido la dehesa en busca de la bellota y de las hierbas aromáticas presentará una pezuña desgastada por las caminatas que realiza para alimentarse, mientras que el de cebo, al haber sido criado en cebadero o granja, no. ¿Por qué por la pata? La pata de jamón ibérico de bellota es más estilizada y alargada que una de cebo, ya que su esqueleto es más fino que el de un cerdo ibérico alimentado sólo a base de piensos, leguminosas y cereales. Así mismo, también los podemos diferenciar por la textura de la grasa siendo en una pata de bellota más suave y de un tono más dorado que en una de cebo. Y fuera de las características físicas, otro de los aspectos a tener en cuenta para diferenciar a una pata de otra va a ser el precio. Evidentemente, el de bellota es más elevado tanto por el tipo de alimentación que ha llevado como por el proceso de producción y el sabor de uno y otro tampoco va a ser el mismo, sin quitarle méritos al jamón de cebo, que también dejará nuestro paladar altamente satisfecho.

Saber todo esto ayuda, pero la etiqueta es la que realmente garantiza la procedencia del jamón. En ella podremos ver si el jamón es de cebo o de bellota, qué porcentaje de raza ibérica tiene el animal, ingredientes de los que se compone y que se le añaden en el proceso de salado y curación, si es una D.O.P. (Denominación de Origen Protegida) y todo esto, acompañado del correspondiente precinto que será de un color u otro dependiendo de si el jamón es de bellota o de cebo. Precinto negro (100% ibérico de bellota y criado en dehesa), rojo (75% ó 50% ibérico de bellota y criado en dehesa), verde (100%, 75% o 50% ibérico) para animales criados en el campo y alimentados con piensos (jamón de cebo de campo),  y blanco para los jamones de cebo (100%, 75% o 50% ibéricos) criados en cebaderos o granjas a base de piensos, cereales y leguminosas. Si falta alguna de estas cosas, el precinto o alguno de los aspectos que tienen que ir descritos obligatoriamente en la etiqueta de la pieza, tales como el porcentaje de raza ibérica o los ingredientes, desconfiad. Quizás os estén intentando vender un producto fraudulento.

 

Llegados a este punto de la lectura, habréis observado que el animal, sea su pata de bellota o de cebo, siempre es ibérico. Podemos decir que todo jamón de bellota es ibérico, pero no todo ibérico es de bellota. Esa sería la conclusión.

 

¿Ya sabéis distinguir un jamón de bellota de otro de cebo? Esperamos que estas pautas que os hemos dado os ayuden a la hora de comprar vuestra pata, sin errores ni confusiones, y por supuesto, que esa pata sea de Matarrevalva ;) ¡Buena compra!

 

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